Ingredientes:
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- 150 g de queso roquefort
- 200 g de harina
- 500 ml de leche
- 2 huevos
- 15 g de mantequilla
- sal y pimienta
- para hacer el membrillo:
- 2 membrillos
- 50 g de azúcar
- 1 nuez de mantequilla
- 1 palo de canela
- 1 pizca de sal
Preparación:
Elaborar una bechamel para pasta de croquetas de la siguiente manera: Fundir la mantequilla en un cazo de fondo grueso a fuego suave. Agregar la harina y tostarla moviendo con varillas. Incorporar la leche templada poco a poco sin dejar de remover hasta que la crema quede bien ligada. Entonces, continuar cociendo a fuego mínimo durante 15 minutos y salpimentar. Retirar del calor y espolvorear el queso en la bechamel. Remover hasta que se derrita suavemente para que no se engrase la bechamel. Verter la crema sobre una fuente y dejar enfriar completamente.
Lavar los membrillos. Sobre una tabla de madera, partirlos en cuatro y retirar las semillas y la piel. Poner una olla con agua a hervir y echar el membrillo y el palo de canela. Dejar cocer hasta que estén tiernos. Retirar los membrillos con una espumadera y dejar enfriar. En una sartén, poner la mantequilla y el azúcar a fuego muy suave. Añadir el membrillo en lonchas y confitar durante 15 minutos. Echar alguna cuchara del líquido de cocción para que no se caramelice demasiado. Reservar templado.
Batir los huevos en un plato y echar la harina y el pan rallado en otros dos platos aparte. Tomar una pequeña porción del tamaño de una cucharita de té y rebozar en harina. Formar bolitas y pasar por el huevo y luego por pan rallado. Freír en aceite de oliva y dejar escurrir sobre papel absorbente. Servir las bolitas sobre un lecho de membrillos confitados.