Ingredientes:
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- 700 g de pescadilla (sin cabeza)
- 250 g de chirlas
- 50 g de harina
- 25 g de mantequilla
- 8-10 mejillones
- 4 cucharadas de aceite
- 3 cucharadas de nata
- 2 cucharadas de perejil picado
- 2 cebollas medianas
- 1 loncha de jamón serrano de unos 75 g
- 1 chorro de vino blanco
- 1 diente de ajo
- 1 hoja de laurel
- 1 huevo
- pimienta blanca
- sal
Preparación:
Limpiar las chirlas con doce horas de antelación y cubriéndolas de agua salada. Pelar la cebolla y el ajo y picarlos. Cortar el jamón en cuadraditos pequeños. Rehogar en una sartén estos ingredientes con la mantequilla hasta que se vuelvan trasparentes. Retirar del fuego.
En una cazuela con agua, sal y una hoja de laurel escaldar la pescadilla dejándola cinco minutos tapada. Retirar y dejar escurrir. Pelar el pescado para obtener la carne bien desmigada y reservar en un cuenco. Añadir un huevo batido y salpimentar. Espolvorear el perejil y remover con una cuchara de madera. Agregar la harina suficiente para lograr una masa compacta y formar con ella pequeñas albóndigas. Rebozar en harina
En una cazuela baja con aceite de oliva, freír las albóndigas suavemente. Cuando estén doradas por ambos lados, agregar la cebolla guisada y mover cuidadosamente la cazuela para que no se pegue. Pasados cinco minutos, incorporar las chirlas y los mejillones a la cazuela y rociar con el vino. Dejar cocer a fuego lento y tapar hasta que se abran todas las conchas. Es recomendable dejar reposar este plato una media hora antes de servir y retirar las conchas vacías de los mejillones.